Editorial 11 Diciembre 2022
Frente al olvido
Una vez más, como sucede cada 11 de diciembre, nos hallamos en esta plaza de la Esperanza con el fin de rendir homenaje a todas las víctimas del terrorismo personificadas en las víctimas del atentado terrorista contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil que en este mismo lugar se ubicaba.
Nuestras primeras palabras, por ello, van dirigidas a todas las víctimas de la barbarie terrorista, especialmente a aquellas que murieron aquella triste mañana del 11 de diciembre de 1987 en Zaragoza: José Pino, Mari Carmen Fernández, José Ballarín, Emilio Capilla, María Dolores Franco y los menores Ángel Alcaraz, Silvia Pino, Silvia Ballarín, Rocío Capilla, Miriam Barrera y Ester Barrera, siempre en nuestro recuerdo.
Para nuestra humilde asociación, consideramos una obligación moral amparar a las víctimas del terrorismo y trabajar con la mayor de nuestra voluntad y con tesón con el fin de que no se pierda jamás su memoria.
No podemos, sin embargo, olvidar algunos aspectos que nos entristecen como aragoneses y como españoles.
Es una pésima noticia para todos que continúe sembrándose la discordia entre los españoles, esta vez legitimada por una Ley de Memoria Democrática que pretende reescribir páginas de nuestra historia que ya estaban superadas, mientras se esconde la historia del terrorismo separatista, ninguneando a las víctimas, solo para no incomodar a varios de los socios de gobierno, algunos de los cuales tuvieron tanto que ver en el dolor infringido durante décadas.
Continúa de esa misma forma, el blanqueamiento de la banda terrorista ETA, cuyas acciones terroristas que dejaron tras de sí centenares de muertos y miles de heridos y damnificados, son ocultadas con la complicidad de determinados partidos y medios.
Denunciamos así mismo la total permisividad con el entorno del terrorismo a nivel cultural, permitiendo homenajes, pancartas, pintadas y numerosas acciones a pequeña y gran escala que rinden pleitesía y alabanza hacia miembros de la banda terrorista con total impunidad para humillación de las víctimas.
Permanece fuera de los currículos de enseñanza de las leyes educativas, una mención clara y rotunda relativa a la historia de ETA, a todo el daño ocasionado durante décadas, privando a nuestros jóvenes de la verdad. Para colmo de males, se sigue legitimando otra demanda separatista, arrinconando el idioma que a todos nos une y nuestros símbolos nacionales en las aulas de cada vez más territorios de España.
Legislatura tras legislatura, siguiendo una infame hoja de ruta, continúan las vergonzosas concesiones a la banda terrorista y a su principal beneficiario, que no es otro que el independentismo vasco. No han cumplido todos sus objetivos, pero poco a poco se les va concediendo todo aquello que exigen. Tras la concesión de las competencias en materia de prisiones al gobierno vasco, ahora se ha posibilitado echar a la Guardia Civil de Navarra.
Por todo ello, consideramos como un deber abrir los ojos a los españoles para poner fin de una vez a este despropósito. Toda la sociedad española está llamada a mantener viva la memoria de las víctimas del terrorismo a la vez que denunciar la presencia de quienes lo amparan en nuestras instituciones.
Nuestro objetivo, en conclusión, no es otro que el de contribuir desde nuestra asociación a la derrota social, política, educativa, moral y legal del terrorismo separatista y de sus objetivos.
José Luis Morales