12 de enero de 2025
Fuera incompetentes
Con la tradicional llegada de los Reyes Magos dábamos esta semana por concluidas las navidades, adentrándonos de lleno en este 2025 que además de ser una completa incógnita a nivel económico o político, se perfila además como uno de los más complicados de las ultimas décadas, desde un punto de vista geoestratégico, debido a la tensión y gravedad de determinadas situaciones y conflictos y el choque que ello supone con los muchos intereses que las potencias actuales tienen a lo largo y ancho del planeta.
La situación en España no está precisamente para tirar cohetes. Sería curioso poder elaborar un proyecto de investigación que pudiese darnos a conocer como piensan esos millones de votantes socialistas que tienen pensado seguir votando a los suyos con la que está cayendo. De hecho, es casi imposible entender la manera en la que piensa un "progre".
Un ejemplo concreto: recientemente veíamos a José Andrés, el cocinero español más globalista, recoger emocionado una medalla por su contribución a la paz, de manos de un Joe Biden, que es el principal respaldo y suministrador de armas de los israelíes que, en unos de sus bombardeos el pasado noviembre, se cargó literalmente a siete trabajadores de la ONG World Central Kitchen, que dirige el mismísimo Andrés.
Por lo que respecta a la situación española, podemos resumirla de manera muy breve: estamos en manos de un tipo, Sánchez, capaz de hacer lo que sea por perpetuarse en el poder, con el respaldo de un partido, el suyo, con una historia jalonada de decenas de casos de corrupción, con el entorno familiar más cercano al presidente, metido hasta el tuétano en el fango y, para colmo, mantenido en la poltrona por un prófugo de la justicia que intentó romper España y por el partido heredero del proyecto político de la banda terrorista ETA. Con semejante panorama.. ¿Qué puede salir mal?
Coincide este escenario tan "favorable" con la situación de unas fronteras que solo en Canarias están siendo violadas a diario, justo en un momento de auge de la delincuencia y de un terrorismo procedente del tercer mundo, cada vez más radicalizado, pero teniendo como responsable de Interior a uno de los ministros más nocivos de los últimos 50 años y con la previsión, en absoluto descartable, de que en Siria, tras la caída del régimen de Al Assad, pueda darse otra situación similar a lo que supuso la caída de Gadaffi y la posterior avalancha desbordada de inmigrantes irregulares.
Por si fuera poco, comenzamos el año con una subida global de precios, como es el de la factura de la luz, una vez el IVA vuelve a ser del tipo general del 21%, o el de numerosos productos alimentarios básicos, que debe ser el premio que han decidido otorgarnos tras su escandalosa y bochornosa gestión de la catástrofe de la gota fría en numerosas localidades el pasado otoño, principalmente en las cercanas a Valencia.
Porque uno de los aspectos más a tener en cuenta este 2025 es evitar por todos los medios que lo de Valencia vaya cayendo en el olvido. Por lo pronto, ningún cargo político ha dimitido ni ha sido cesado, ni del gobierno valenciano por su falta de visión e incapacidad manifiesta a la hora de dar las alarmas o viendo que la situación les desbordaba por completo, ni del gobierno español, que viendo que la dejadez de un gobierno autonómico no controlado por los suyos no podía hacerse con el control, decidía de una manera canallesca no mandar ayuda alguna con el único fin de desprestigiar al gobierno valenciano. Todo ello, "adornado" por aquellas palabras, más propias de un auténtico psicópata, como fueron las de "si necesitan ayuda, que la pidan".
No conviene olvidarlo, decimos, porque en primer lugar la situación de muchos de nuestros compatriotas así lo requiere. Tampoco conviene olvidarlo para que de una vez seamos conscientes de que el estado volverá a desaparecer cuando otra situación de catástrofe nos afecte, ya que la combinación de la partitocracia con el modelo de organización territorial autonómico, suponen un monumental desajuste y descoordinación cuya consecuencia ha sido, por desgracia, más que palpable. Otra cosa es que no lo queramos ver.
Y con semejante panorama ¿Cuál es la prioridad del gobierno? Pues dentro de nuestras fronteras, comenzar una especie de tour a lo Rolling Stones pero usando a Franco, su principal comodín, y en el contexto europeo, el reconocimiento de las lenguas regionales españolas fuera de nuestro territorio. Lo de coger el toro por los cuernos y abordar, se nos ocurre, qué papel debe desempeñar Europa frente a los retos geopolíticos actuales, como por ejemplo, hacer frente a los tentáculos de la todopoderosa China, se ve que lo dejan quizá para otro momento.
No finalizaremos sin mencionar todos los recortes de libertades que estamos teniendo a cuenta del consabido cambio climático o esa inquietud inquisidora del gobierno de querer controlar todo lo que se emite por los medios oficiales. Ahora les indigna que Elon Musk pueda interferir en procesos electorales. Cuando lo hace Soros, por el contrario, no parece que haya tanto problema.
Sorprenden, por ello, las declaraciones del máximo gurú de Facebook, Mark Zuckerberg, quien anunciaba, iluminado por una bobalicona sonrisa, el fin de la censura en su red. ¿Cambio de chaqueta, tal vez? Estaremos al tanto. Pero llegados a este punto, lo lógico sería preguntarse ¿A fin de qué, en función de qué, sirviendo a quién o con el propósito de qué, la implantaste hasta ahora, con total impunidad? Mucho nos tememos que será una pregunta sin respuesta.
José Luis Morales