23 de junio de 2024
Sólo los ricos pueden ser progres
Allá por los años 30 del pasado siglo, el ideólogo jonsista Ramiro Ledesma Ramos, decía que solo los ricos podían permitirse el lujo de no tener patria. Si tratamos de buscar un símil pero vinculado con la sociedad actual, podríamos manifestar, acordándonos de Ramiro, que solo los ricos pueden permitirse hoy en dia el lujo de la aplicación de las políticas "progres".
Entre estos ricos con el riñón muy bien cubierto de por vida, como ninguno de nosotros podemos ni soñar, encontramos al futbolista Kylian Mbappé. El jugador francés se destapaba con unas declaraciones sobre la actualidad política francesa, instando a no tomar partido por formaciones radicales, refiriéndose aunque sin citarlo explícitamente, al partido de Marine Le Pen.
Estas declaraciones se producen en un contexto en el que el presidente francés, "Micron", está movilizando todo el espectro y famoseo ligado al mundo woke, presos del pánico una vez conscientes de que la formación de Marine Le Pen se puede alzar con el poder, legitimada por las urnas.
Las declaraciones en sí son de un paleo-progresismo de libro.
No falta tampoco esa habitual dosis de hipocresía: Cuando a dicho jugador le preguntaron sobre los derechos de los trabajadores que hicieron posible el mundial de Qatar, Mbappé hizo mutis por el foro, manifestando que él era un simple futbolista que no entraba en temas políticos. Pero esa hipocresía va aún más allá: si el mismo jugador hubiese pedido el voto para Le Pen, con toda seguridad se habría expuesto a una durísima sanción económica y deportiva.
Lo cierto es que, cada vez más profundamente, estamos inmersos a nivel global en una auténtica dictadura que impone una única visión y en consecuencia, una única manera de pensar y de opinar en un amplio abanico de temas que van más allá del tema migratorio. En temas como el clima, el aborto, la transexualidad, lo meramente ideológico, la familia o el feminismo, por citar algunos, el no compartir el discurso oficial te convierte ipso facto en una especie de paria, carente de cualquier derecho y en el centro de la diana de cualquier matón de extrema izquierda.
No es tampoco casual que el discurso multiculturalista en el país vecino se sirva de iconos futboleros. El mundo progre tiene la mania de considerar al votante como a un imbécil al que manejar a su antojo. No hay más que recordar que el principal icono en la difusión del alarmismo climático no es ningún científico galardonado con el Nobel sino una chica sueca sin ninguna preparación ni experiencia en el mundo de la ciencia.
No obstante, es bueno que Mbappé se pronuncie de esa forma. Es una manera de constatar que quien gana tantos millones y vive en lujosas mansiones, se inclina por el bando "oficial" pero ajeno completamente a la realidad que vive el pueblo. Desconocemos si tras su fichaje por el Real Madrid, ya tiene residencia en la capital española, pero lo que sí podemos hacer es apostar a que no será en los multiculturales Lavapiés, San Blas o Villaverde. Dicho de otro modo, en ninguna de las "zonas de confort criminal" de las que nos habla y advierte Samuel Vázquez.
Lo que sí podemos hacer es darle a Mbappé algunas cifras de lo que ocurre en su país, alejado de las mansiones donde vive el famoseo progre. Según publican numerosos medios, cada año 94.000 mujeres son víctimas en Francia de un intento de violación, de los que 28.000 llegan a consumarse. En otras palabras: 28.000 mujeres, la mitad de ellas menores de edad, son violadas en el país vecino, lo que supone 76 violaciones al día, aspecto este que no ha merecido declaración pública alguna de ningún futbolista.
El caso es que son muchos ya los años en los que los partidos y medios del sistema buscan ganar en las urnas a costa de asustar al personal con todo tipo de cuentos y leyendas que han terminado por calar en esas pocas neuronas que bullen en la "progresfera". Cuentos convertidos en doctrina como son todos esos llamamientos sobre el peligro del llamado fascismo, término que usan "ad nauseam".
Las cifras de las violaciones y otros delitos hablan por sí solas. El bando progre-globalista insiste en desvincular cualquier relación existente entre el aumento de la inmigración descontrolada y el aumento de delitos, pero la realidad es la que es. Nadie sería capaz de vincular ese aumento con el mundo del fútbol, ya que nada tienen que ver, pero lo cierto es que si ustedes echan un vistazo a las plantillas que participan en la Eurocopa, les cuesta solo unos segundos, a simple vista, adivinar que países europeos no han tenido en suelo patrio ni un solo atentado de motivación islamista o como gustan en denominar los medios oficiales, ningún ataque "aislado" provocado por el típico perturbado.
Por eso en este asunto de la migración y de tantos otros, se hace estrictamente necesario batirse en todas las trincheras posibles en esa lucha cultural contra el globalismo pero alejado de esa dicotomía derecha-izquierda que ya debiera estar superada. Como dice el historiador y periodista Fernando Paz, terminar con esa hegemonía cultural e ideológica del progresismo, que ha hecho mutar a la sociedad española en sus aspectos más fundamentales, reflejando la hegemonía impulsada por la izquierda y asumida por la derecha.
José Luis Morales