Editorial 9 de abril de 2023
Sobre medio ambiente
Si tuviese que enumerar las principales características que deben impregnar nuestra asociación, así a bote pronto, se me ocurren como imprescindibles seis: la voluntad, definida como la capacidad humana para decidir con libertad lo que se desea; la seriedad, imprescindible; la perseverancia, fundamental cuando se trata de una lucha a largo plazo; la formación, obligatoria si a lo que aspiramos es a construir un mundo mejor y la camaradería entre nuestros miembros, ideal para aunar voluntades y trabajar en un ambiente sano.
Es sobre la solidez de estas bases donde se genera y se construye la estructura necesaria para dar la batalla cultural contra la maquinaria globalista a la que nos enfrentamos. Pensar a día de hoy que todo pasa por ganar unas elecciones es una quimera, ya que los verdaderos poderes usan la democracia y sus medios a su antojo. Todo el que se atreve a disentir es automáticamente etiquetado y arrojado a los leones sin misericordia alguna.
Es cierto que siempre será mejor tener en las instituciones personas y organizaciones que intenten cambiar las cosas desde dentro a no tenerlos, pero de nada sirve dicho esfuerzo si se pierde la batalla en los medios, en la calle, en el mundo de la cultura o en el de la educación, por citar quizá los más importantes en atención a lo que supone moldear una sociedad. Se trata, en definitiva, en palabras del activista italiano Marco Scatarzi, de "construir fortalezas en medio de la desolación de los pantanos".
Esto es a día de hoy esencial porque la desinformación existente es sencillamente brutal. Lo paradójico es que precisamente el cénit de la desinformación se ha alcanzado en la época en la que coincide el mayor despliegue de medios de comunicación, sea impreso o digital. Esta desinformación tiene una estrecha vinculación con la mentira, que es algo inherente con el ser humano. Por ello es fundamental que aprendamos a ser capaces de contrastar cada mensaje que lanzan los medios, porque se nos miente a conciencia y a sabiendas. Uno de los aspectos en los que más se nos miente hoy en día es en todo lo relacionado con el medio ambiente y el llamado cambio climático.
Resulta evidente para todos la necesidad de cuidar la naturaleza. Haya o no haya cambio, todo el mundo entiende la necesidad de cuidar especies, paisajes, ríos, mares, océanos y todo aquello que Dios dispuso en nuestro planeta. Pero de ahí a pretender culpabilizar a los europeos de estar cargándose el clima por el impacto ambiental de nuestra forma de vida, media un abismo.
Lo sorprendente es que este sentimiento de culpa solo recae en el hombre europeo. Hasta los bancos te ofrecen consultar y "compensar" tus emisiones de CO2 para que dejes de contaminar pero cuando los medios del sistema te dicen que Europa necesita 60 millones de inmigrantes, a nadie se le ocurre vincular dicha llegada con impacto ambiental alguno.
Estas semanas atrás, Asturias ardía por los cuatro costados. Los medios nos martilleaban justificando dicha oleada como consecuencia del cambio climático. Pero si uno lee entre líneas y dedica simplemente unos minutos a buscar información, descubre con asombro noticias que se entienden mejor juntas.
La voz de Asturias titulaba el 18 de noviembre pasado que una empresa puntera en energías renovables, Capital Energy, consideraba esencial para su desarrollo la inversión de 1000 millones de euros para construir 26 parques eólicos en el Principado. Se quejaba, dicha empresa de problemas en la tramitación de los proyectos, especialmente en lo concerniente a tecnología eólica.
La Nueva España el 31 de marzo publicaba la noticia de la aprobación de una tramitación ambiental express también, mire usted por dónde, en Asturias. Semejante urgencia era tratada por Juan Manuel de Prada en su columna "Os están abrasando" en la que recalcaba que dicha tramitación propiciaba saltarse nada más y nada menos, la consulta a los afectados.
Ese mismo 31 de marzo el diario "progre" El País, hacía referencia a la "preocupación" del gobierno asturiano por los todavía 96 focos activos en territorio asturiano. En algunos momentos había activos más de 100 en una de las comunidades de menor extensión.
Nosotros nos limitamos a mostrar determinados artículos aparecidos en los medios. Juzguen ustedes mismos. Lo que resulta obvio es que los medios nos ocultan la verdad y los españoles no debemos tolerar que le peguen fuego a España entera.
¿Reaccionaremos de una vez?
José Luis Morales