17 de septiembre de 2023
La "amenaza fascista"
Publicaba esta semana la página digital de A3 noticias el arresto de una octogenaria y su hijo de cuarenta años acusados de haber secuestrado, torturado y asesinado a un ciudadano argelino en Alicante. Por supuesto, al no haber mediado un movil machista, homófobo o racista en dicho crimen, la mayoría de la población no se ha enterado de la noticia ni remotamente.
Como suele pasar en estos casos, más numerosos de lo que el español piensa, había que leer el texto entero, buscando línea por línea, para conocer que todos los protagonistas de tan macabro crimen, asesinos y víctima, compartían la misma nacionalidad argelina.
También ayer sábado se encontraba el cuerpo sin vida de una mujer magrebí en un pozo de Cieza, en Murcia, desaparecida desde el miércoles. El jueves se detenía a su expareja, también magrebí, que a pesar de tener una orden de alejamiento se permitía amenazarla por WhatsApp con total tranquilidad. Es lo que tiene la aplicación de estas políticas buenistas incapaces de proteger ni a mujeres ni a hombres de cualquier tipo de malhechor.
Y es que la realidad es muy tozuda. A pesar de esa insistencia pueril y tanto postureo fingido de la izquierda progre y la derechilla globalista en hacernos creer que existe una supuesta amenaza nazi-fascista, que se extiende de manera amenazante por toda Europa, lo cierto es que cada vez que un extranjero es asesinado en España o en el resto del continente europeo, la probabilidad de que el asesino o asesinos sean también extranjeros procedentes de ese tercer mundo que se va asentando cada vez en más barrios y localidades, es altísima.
¿A qué viene entonces semejante monserga con la amenaza fascista?
¿Por qué se habla tanto de ese supuesto peligro? Pues porque la izquierda en el poder, a falta de una gestión presentable que mostrar al electorado, necesita continuamente agitar el fantasma "fascista" para desviar la atención sobre sus fracasos, traiciones y corruptelas. Es la manera de conseguir medrar y en consecuencia implantar en todas aquellas mentes que creen que votando cada cuatro años se resuelven los problemas, la idea de que ellos son el único gobierno posible, frente a cualquier alternativa a la que consiguen diabolizar a base de convertir mentiras en verdades absolutas repitiéndolas mil veces.
De hecho, el nivel y la maestría de la izquierda difundiendo propaganda es tan brutal y está tan omnipresente, que si cada vez que gobiernan, pongamos simplemente el PSOE, la calidad de vida de las clases medias y trabajadores mejorase un poco, no habría manera humana de poder derrotarles en las urnas.
Por ello, en esta lucha contra la izquierda woke, el control de la calle es fundamental. No hay más que ver la capacidad de movilización que tiene el sector feminista más vinculado al gobierno. Por un pico futbolero montan un pifostio de la leche, mientras que la liberación y rebaja de condenas a decenas de violadores pasa sin una respuesta en la calle, ni contundente ni pequeña. Ni siquiera si quien se beneficia es un miembro de la famosa manada.
Soy de los que piensa que la famosa ley del "sí es sí" no fue un error del gobierno, sino que el hecho de que haya propiciado la rebaja de penas e incluso liberación de decenas de agresores y violadores está pensado con toda la intención del mundo. Para un ministerio, el de la igualdad, cuyo único objetivo es perpetuarse a base de sueldazos, nada mejor que aumentar la demanda de violadores en la calle para justificar la oferta en forma de ministerio. A más violaciones, más justifican sus sueldos, máxime cuando el control de la calle es suyo y el de los principales grupos feministas también.
Así que si uno quiere enterarse de lo que viene sucediendo en nuestras calles con mayor intensidad y gravedad cada día, si uno quiere estar al tanto de lo que ocurre verdaderamente fuera del alcance de las cámaras de televisión, tiene que recurrir a personas o medios muy limitados que hacen lo que pueden, so pena de ser fulminados por una censura cada vez mayor.
Va siendo hora de que el conjunto de la población vaya abriendo los ojos y sea consciente que vive en una sociedad cada vez más similar a la retratada por Orwell en su famoso "1984". El régimen imperante es incapaz de defenderse de sus enemigos externos e internos, la soberanía popular es un timo monumental, habida cuenta de que las decisiones que nos afectan se toman a muchos kilómetros de aquí y la libertad de expresión está cada vez más cercenada.
Ya no solo es que tengamos que andar midiendo las palabras en cualquier ámbito público. Ni siquiera somos completamente libres de mantener una simple conversación privada en un chat sin que algún cretino pueda denunciarte y ponerte a los pies de los caballos. No hay más que ver la particular caza de brujas de la Universidad de La Rioja contra un grupo de chavales universitarios a raíz de unos mensajes privados o la posible sanción a un jugador del Zaragoza por tocarse sus partes íntimas en la celebración de un gol. Nadie está libre hoy en día de que cualquier palabra, gesto, mirada o intención no pase desapercibida para toda esa cuadrilla de siervos del sistema que gozan acusando al prójimo para que los actuales tribunales de "salud pública" los arrojen sin compasión alguna al averno.
José Luis Morales