15 de diciembre de 2024

Memoria real

El pasado miércoles 11 de diciembre se cumplía el aniversario del terrible atentado que la banda terrorista separatista ETA perpetraba contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil situada en la Avda de Cataluña de la capital aragonesa, en 1987.

Dicho atentado, uno de los más salvajes cometidos por ETA aunque desgraciadamente no el único de dichas características, costó la vida a 11 personas, varias de ellas niños y casi un centenar de heridos, en su mayoría civiles.

Aquel atentado aunaba todas las características que definían el estilo de la banda terrorista: hacer el mayor daño posible, matar de manera indiscriminada y hacerlo de una manera vil y cobarde, a traición, evitando que quienes habían sido señalados como sus "objetivos" tuvieran la menor oportunidad de defenderse.

Como cada año desde nuestra fundación, nuestra asociación TAS RAÍCES ha rendido este 2024 un homenaje a todas las víctimas del terrorismo, personificadas en las víctimas de aquel atentado. Ayer, en los locales del Centro de Historias de Zaragoza se presentaba el libro de una de las víctimas, Juan José Mateos que, bajo el título "Inocentes. Las otras víctimas de la ETA" tiene el objetivo de luchar contra el olvido. Posteriormente, se llevaban unas flores al monumento donde se les recuerda en el Parque de la Esperanza, que es el lugar exacto donde se ubicaba la Casa Cuartel.

La razón principal por la que cada año realizamos este homenaje es el de aportar, desde una humilde asociación como es TAS RAÍCES, nuestro granito de arena para evitar que todo lo que sucedió en torno al terrorismo etarra, hace tan solo unos pocos años, no quede en el olvido, máxime cuando todavía siguen vivos muchísimas de las víctimas y sus familias.

En lo que respecta a las víctimas del terrorismo en la actualidad, lo más triste de todo es el ninguneo y desprecio no solo del gobierno, sino de un sector ideológico que comprende a todo el separatismo y a la izquierda, a quienes el recuerdo a las víctimas molesta. Nada quieren saber de las decenas de asesinatos que quedan por resolver, del sufrimiento añadido a unas víctimas cuyos familiares eran encima señalados como culpables y despreciados por muchos vecinos, o de las profundas y trágicas secuelas que todavía permanecen.

Por el contrario, no hay día ni semana en la que este determinado frente formado por la izquierda, el separatismo, sus medios de comunicación y sus tertulianos engordados a golpe de talonario, menten a Franco. El mismo sector que se ha dedicado a esconder todos los crímenes de ETA, como si nunca hubieran existido y que aboga por el olvido y por querer ofrecer un relato sobre el terrorismo sin buenos ni malos, que es además el que le interesa para seguir recabando el apoyo del brazo político de ETA al gobierno de Sánchez, es el que machaconamente usa el comodín del franquismo de manera exasperante.

De esta manera y avanzando de manera despreciable en la misma dirección, el gobierno anuncia nada más y nada menos que la celebración de más de un centenar de actos para el 2025 dedicados a la muerte de Franco y la llegada de la "democracia", justo en el año en el que se cumple medio siglo, de su fallecimiento.

Resulta evidente que esta insistencia en agitar los fantasmas del franquismo le sirve al gobierno como coartada para, por un lado, tapar su desastrosa gestión y en segundo lugar, para seguir etiquetando y deshumanizando a todo aquel que no le baila el agua. Por eso conviene recordarle a todo este "bando de la exclusión y el revanchismo" dos aspectos que no podrán cambiar jamás: el primero, el hecho de que Francisco Franco, con el bando nacional detrás, les ganase la guerra, culminada aquel lejano primero de abril del 39. El segundo, y no por ello, menos importante, el hecho de que Franco nunca pudiese ser derrocado y muriese en un cama cuando, como a cada mortal, le llegó su hora.

Así que por mucho que ladren, por mucho que insulten, por mucho que denigren, por mucho que tergiversen la historia, que manipulen los libros, que mientan a escolares y universitarios, que impongan leyes legitimando la censura, que persigan discursos, que prohiban comentarios, que cierren perfiles en redes, que ilegalicen fundaciones, que retiren medallas e incluso que profanen tumbas, nunca, absolutamente nunca jamás podrán cambiar esos dos aspectos y lo saben. De ahí, su inquina y su irrefrenable odio cincuenta años después.

Por ello resulta esencial que la verdadera historia de lo que fue y es ETA y su entorno, no quede arrinconada. Por eso es fundamental dar a conocer la verdad de lo ocurrido en determinados momentos de nuestra historia y la necesidad de ofrecer y compartir el testimonio de quienes sufrieron en sus carnes, el odio y la violencia de ese sector ideológico al que se le llena la boca con la palabra "democracia" pero que siempre ha supuesto la imposición de una tiranía regada con sangre.


José Luis Morales