Editorial 16 de octubre de 2022
Hispanidad y leyenda negra
Terminamos los zaragozanos hoy domingo estas fiestas del Pilar, las más esperadas de los últimos años. De nuevo el 12 de octubre, día de la Hispanidad, se celebró en nuestra ciudad, el acto central y más multitudinario de las fiestas: la Ofrenda de flores a la Virgen. Como siempre, un rotundo éxito de participación que se prolongó durante muchas horas.
También comienza a ser tradición que cada festividad del 12 de octubre, se multiplique exponencialmente el número de idiotas que pululan por las redes apoyados por no pocos medios de intoxicación, que repiten como loritos todos esos dogmas antiespañoles que la Leyenda Negra se ha encargado durante siglos de difundir.
Que si los vikingos llegaron antes que los españoles a dicho continente, que si el supuesto genocidio cometido por los nuestros sobre los nativos que poblaban América, que si la destrucción de culturas "avanzadas" y toda esa retahíla tontaina de cada año.
Hemos de añadir en estos tiempos que corren, la injusta costumbre de tratar aspectos históricos acontecidos hace décadas o siglos, con una perspectiva actual, situando dichos hechos fuera totalmente del contexto en el que deben ser analizados. Es cierto que el descubrimiento y la posterior conquista constituye quizá la mayor gesta de la historia y es un motivo de orgullo. Pero repito que si dicha gesta hubiese culminado de otra manera, sería absurdo que se nos pueda hacer responsables de acontecimientos ocurridos muchísimos años antes de que naciésemos, mirados para colmo con una perspectiva actual.
Respecto a la nombrada incursión vikinga, fuesen anteriormente o no, nada supo ningún país ni dejaron rastro cultural alguno. La prueba es que jamás confundiriamos a un salvadoreño, cubano o mejicano con un nórdico ni los españoles encontraron dialectos que pudiesen tener relación con las lenguas escandinavas. Sobra pues, más discusión con este tema.
En lo concerniente al supuesto genocidio, se trata de uno de los mayores bulos de la historia. Son muchos los libros e historiadores que dejan en ridículo dicha aseveración ya que carece del más mínimo rigor histórico. La prueba es la cantidad de personas con rasgos indígenas que pueblan Hispanoamérica y la escasez de nativos indios en Estados Unidos o Canadá.
Aunque no se hubiese tratado de una conquista épica, aunque no hubiésemos puesto en contacto a todos los continentes habitados o aunque no hubiésemos llevado la lengua española y la religión católica a un continente entero, el mero hecho de que apareciese en un continente la ganadería o la rueda y se pusiese fin a los sacrificios humanos o el canibalismo ya hubiese merecido la pena y estaría justificada su conmemoración a ambos lados del Atlántico.
De ahí que la defensa de nuestra historia rescatándola de las garras de la Leyenda Negra, constituye una de las piedras angulares sobre las que está sustentada nuestra asociación. Si hemos nacido como asociación cultural es porque entendemos que luchar contra la decadencia del mundo actual y la tiranía que trata de imponer el globalismo y su nuevo orden mundial hace que grupos como el nuestro y otros similares constituya una necesidad.
Entendemos así mismo que nuestra lucha no es meramente política, ya que somos plenamente conscientes de que para conseguir un verdadero cambio como el que necesita España es imprescindible una lucha cultural previa. Y en esa lucha contra el globalismo defender nuestra soberanía, la justicia social, la libertad, la familia, la tradición católica, la vida, nuestra historia y nuestra cultura forman parte de esa misma lucha.
Publicaban hace unos días en la pagina de Hexafolia un comentario que, coincidiendo con el día de la Hispanidad, abogaba por ser ejemplo intachable para los más pequeños e inculcarles el amor por sus raíces y sus tradiciones. Es ahí donde debemos comenzar a cambiar las cosas.
Si consideramos decadente el modelo de sociedad que pretende imponernos el globalismo a través de la agenda 2030, un ultraliberalismo a ultranza que necesita borrar la soberanía de las naciones y un marxismo cultural cuyo papel es el de ejercer de mamporrero del globalismo, ejemplificar nuestro estilo de vida y valores ante todo el mundo, es la mejor forma de transmitir nuestro mensaje y que cale hondo frente al tipo de sociedad degenerada, neurótica y decadente que propone la Modernidad.
José Luis Morales