7 de enero de 2024
LA RESTAURACIÓN Y EL RÉGIMEN DEL 78
Desempolvemos nuestro viejo libro de historia (en uno actual, dudo que aparezca). Corría el año 1874, tras apenas un año de desgobierno republicano con cuatro presidentes y una división interna brutal con fenómenos como el cantonalismo. Surge el Régimen Político de la Restauración, que supone la vuelta de los Borbones al poder con Alfonso XIII y la construcción de un modelo liberal de Estado bajo la Constitución de 1876. Aquí tenemos las primeras coincidencias con el modelo del 78, retorno de los Borbones y Constitución liberal.
Este régimen se basó en cuatro pilares ideados por su artífice, el político liberal-conservador Antonio Cánovas del Castillo: Rey, Cortes, Constitución y "turno" (alternancia pacífica entre los grandes partidos, el Partido Conservador de Cánovas y el Partido Liberal de Sagasta).
De nuevo, aparecen las coincidencias: el Rey (sustituimos a Alfonso XII por Felipe VI, con un sobrenombre muy popular hoy en la calle Ferraz), la Constitución que nos hemos dado, las Cortes y el bipartidismo hoy representado por PSOE y PP.
Continuando con la descripción, la Restauración se caracterizó por el establecimiento de una red clientelar para la captación de votos por los partidos políticos (el conocido caciquismo), que convertía las elecciones en un fraude electoral, el nacimiento y crecimiento de varios de los futuros cánceres de España (el nacionalismo vasco y catalán y el PSOE, dentro del movimiento obrero) y los movimientos independentistas en las provincias de ultramar azuzados desde el exterior (EE.UU. y la masonería, con claras vinculaciones con el Katipunan filipino y los independentistas cubanos, sirva de referencia también que, en Puerto Rico nunca existió un movimiento independentista).
En este caso los paralelismos son claros: redes clientelares del bipartidismo como los ERES en Andalucia o los casos de corrupción del PP en Valencia, todo ello favorecido a su vez, por el desarrollo de las Autonomías que favorecen las redes clientelares al aumentar el aparato del Estado. También el independentismo de las provincias de ultramar entronca con la situación actual de Cataluña y Vascongadas (apoyo de potencias extranjeras o de grupos de presión-extorsión como Soros y dejación de los sucesivos gobiernos, cuando no connivencia con los traidores).
Debemos aprender de la historia porque todos conocemos las funestas consecuencias de la crisis del 98, que con los últimos datos disponibles más que una derrota, fue una traición de las élites gobernantes. Por desgracia, el fenómeno no es único y atañe a toda Europa desde comienzos del siglo XXI:
. Desmembramiento de los Estados (sirva de ejemplo reciente la antigua Yugoslavia o la situación actual de Kosovo con Serbia). Los microestados son fáciles de controlar por grupos de presión o potencias extranjeras. Tendencia a la globalización y la disolución de los pueblos y culturas en entidades supranacionales como la OTAN o la Unión Europea, que dirigen nuestros destinos en contra de nuestros intereses.
. Partitocracia: preocupada por mantener sus privilegios y no las libertades y derechos de sus ciudadanos. Sirva de ejemplo, las votaciones en la Cámara europea.
Os invito, como resumen final a permanecer vigilantes, a denunciar la situación y a clamar contra la traición y la decadencia absoluta de la patria; tal y como hizo entonces nuestro compatriota Joaquín Costa.
Como colofón: "El pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla", frase atribuida a Napoleón.
Alberto Marco