Editorial 18 de septiembre de 2022
Que el Ministerio de igualdad solo sirve para dilapidar millones de euros de dinero público lo sabemos todos. Concebido por el ala podemita del gobierno, como regalo del otrora jefe de dicho partido a la que entonces era su chica, el chorreo de millones es continuo. La cuestión es: al margen de dicho ministerio ¿Sirve para algo el feminismo actual?
Desde que a finales de los 80 la caída del Muro de Berlín dejase a la intemperie la falsedad del paraíso comunista, no son pocos los disfraces que han sido utilizados por el marxismo con los que infiltrar su veneno en la sociedad de occidente. Algún día, por cierto, nos tendrían que explicar cómo es posible que los tentáculos de dicho marxismo son amparados y protegidos por una sociedad liberal- capitalista que les consiente todo cuando teóricamente deberían ser antagónicos.
Precisamente uno de esos disfraces con los que el comunismo penetra en la sociedad es el actual feminismo. Es también quizá el principal ariete con el que la izquierda pervierte y manipula con total impunidad a miles de niños, adolescentes y jóvenes en colegios, institutos y universidades. Una vez que la llamada lucha de clases ha sido abandonada en un rincón, el objetivo es el de crear numerosos problemas donde no los hay, diviéndonos siempre en dos bandos irreconciliables que supuestamente se encuentran en lucha.
La estrategia es siempre la misma: siempre hay un bando, el de las víctimas oprimidas (en el feminismo la mujer) que es machacado de manera inmisericorde por el otro bando opresor (en el feminismo, obviamente los hombres) Por supuesto, ellos siempre están en el lado bueno y se nos presentan como la única vía necesaria que acabe con dicha opresión. Una manera por lo tanto de vivir del cuento a perpetuidad.
Un ejemplo de esto en el plano educativo lo leíamos esta semana. Publicaban los medios la valoración que la organización UNICEF hacia sobre un informe elaborado por ellos mismos donde se nos informaba que las niñas tenían muchos problemas en la escuela con las matemáticas, problemas que según ellos, derivaba de los estereotipos de género. Una soberana estupidez y falsedad.
Pero volvamos de nuevo a la cuestión ¿Sirve para algo el feminismo actual? Estos días atrás, una mujer, María del Carmen, de 71 años, moría asesinada en la localidad zaragozana de Escatrón, a manos de su exmarido, sobre el que pesaba una orden de alejamiento.
En una de las concentraciones convocadas como repulsa por dicho asesinato, concentraciones que jamás se convocan cuando el crimen no se trata de "machista" la directora del Instituto Aragonés de la Mujer, María Goicoechea, haciendo gala del sectarismo y simpleza que caracteriza a las feministas actuales, llamaba a "combatir" la violencia machista, indicando que detrás de cada asesinato de este tipo, se esconde un fracaso de todos.
En realidad, no es así. Ya va siendo hora que detrás de cada asesinato, sea machista o no, comencemos de una vez por indicar y denunciar a toda una serie de cargos y políticos absolutamente negligentes, cuya labor a pesar de los pingües beneficios que les aporta poner el cazo a final de mes, es prácticamente nula.
Llamemos las cosas por su nombre se moleste quien se tenga que molestar. Lo que es lamentable es que nos levantemos hace cuatro días con una ley concebida por la mente enferma de la ministra de igualdad que refuerza una desigualdad palpable como es que se pueda condenar a un varón sin pruebas por el mero testimonio de una mujer , mientras por el contrario, cuando existe prueba sobre la peligrosidad de determinados individuos, ese mismo estado tan "feminista" desprotege totalmente a la víctima.
En el caso de la mujer asesinada en Escatrón está muy claro: el principal responsable de dicho asesinato es el exmarido pero no debería irse de rositas una administración que a pesar de conocer la peligrosidad de dicho sujeto, no ha controlado en modo alguno que esa orden de alejamiento se hiciese efectiva, permitiendo que el asesino perpetrase el crimen con total impunidad en el mismísimo domicilio de la víctima.
Así que habrá que comenzar por no dejarnos manipular con "minutitos de silencio" que sólo tienen como objetivo la foto para los medios de los politicuchos. Los partidos y sus medios han convertido estos minutos y protestas en actos inútiles que simplemente sirven para que otros justifiquen sus sueldos.
Hay que señalar con nombres y apellidos a todos aquellos cargos que con su negligencia han convertido nuestra sociedad en blanco fácil para todo tipo de criminales, sean o no machistas, amparados por unas leyes penales que ni castigan ni son ejemplarizantes salvo para lanzar el mensaje a la chusma que España es un verdadero paraíso para el delincuente, lo miremos por donde lo miremos.
José Luis Morales