11 Septiembre 2022

EDITORIAL

Aunque los medios de comunicación y los acérrimos del sistema se empeñen en minusvalorar el problema o no darle la más mínima importancia, lo cierto es que resulta casi imposible no encontrar un día en el que no se haya producido un crimen o tentativa. Es precisamente tarea de dichos medios manipularnos de tal manera que terminemos por acostumbrarnos, como si todo fuese una simple estadística, ya que es la receta indispensable para que tampoco le demos la importancia que ello tiene.

Lo cierto es que cada vez es más peligroso salir a la calle. También es cierto que no debemos caer en ese juego de convertir la criminalidad en una especie de competición con sus dos bandos donde dirimir si es Barcelona o Madrid la ciudad más insegura. Esto no es una competición absurda con la que enfrentarnos sino un problema donde cada vez más pueblos, barrios y ciudades comienzan a parecerse a los de determinados países del Tercer Mundo.

Según publicaba el otro día ABC, dos menores fueron detenidos en Valencia tras apuñalar diez veces a un joven con el fin de robarle un simple móvil en Alfafar. Ya no es solo que te puedan robar sino que directamente primero te agreden de forma cada vez más salvaje y luego te sisan. Tengamos siempre en cuenta que ellos, la gentuza, la "racaille" como la llaman en Francia, no tienen absolutamente nada que perder.

Tampoco hay que ser un lince para adivinar el origen "cultural" de los agresores cada vez que un medio de comunicación informa de delitos similares sin hacer mención alguna a nombres, apellidos, etc. Lo peor de todo es que la total proliferación de este tipo de delitos que obedecen al mismo patrón, se está convirtiendo en un problema que a las autoridades se le comienza a ir de las manos.

Es intolerable que los gobiernos, prácticamente del color y del tipo que sea (nacional, autonómico, local) cada vez nos expriman más a costa de todo tipo de impuestos y nos exijan cada vez más sacrificios, mientras toda la panda de MISERABLES, repito, que ocupan determinados cargos, nos tienen en la más absoluta indefensión frente a toda clase de tropelías y canalladas cada vez más violentas y frecuentes.

Lo mínimo que se le debe pedir a un gobierno que vía impositiva te sangra por los cuatro costados es que te defienda a tí y a tus hijos ante bandas de matones, delincuentes, violadores en grupo y criminales. Por regla general, todo tipo de GENTUZA a la que se le da todas las facilidades para que vengan, a las que se deja a su libre albedrío para que se hagan con el control de nuestras calles y a las que de una manera asquerosa se pone de inmediato en la calle una vez son detenidos, todo por culpa de un sistema penal que es un fracaso absoluto y que parte de un concepto erróneo y nocivo "progre" que considera a los delincuentes como víctimas y que ningunea brutalmente a las verdaderas víctimas de todo tipo de canallas.

O el gobierno comienza a tomarse este problema en serio o lo que será imparable será un mayor acceso de la gente honrada a todo tipo de armas que puedan garantizarte la protección que "papá" estado no quiere otorgarte.

Resulta evidente que el gobierno no lo hará, ya que si alguna lectura han sacado en claro estos últimos años ha sido el cómo manejar las situaciones donde el miedo se pueda apoderar de la gente. Por otra parte, todos sabemos que cuando quieren aprobar una ley por absurda que esta sea, buscan el subterfugio legal que sea para imponerla. Dicho de otro modo, que si no endurecen las leyes es porque no quieren y prefieren que sigan como están.

Para terminar de empeorar la situación y en cierto modo, ligado a este problema de la delincuencia aunque con sus propias peculiaridades, está el problema de los "ocupas". Resulta increíble que estas mismas administraciones que no te amparan en la calle y que en lo concerniente a la vivienda te sablean a la hora de comprar, de reformar, de vender, alquilar o heredar, miren vergonzosamente hacia otro lado cuando cualquiera puede meterse impunemente en tu casa y no mandar de inmediato a la policía para que los desalojen.

¿Podemos estar peor? ¡Naturalmente! El tema de las ocupaciones ilegales ha llegado a tal punto que si se manda a la policía es más fácil que la envíen a proteger al ocupa que al propietario. Y no oses tomarte la justicia por tu mano y emplear la fuerza, por mínima que esta sea, para desalojar al intruso, que el juez de turno te puede meter la del pulpo como le ocurrió recientemente a un ingeniero murciano que acompañado por otras personas, echaron a los ocupas de su casa ( la del ingeniero) y podría ser condenado hasta a tres años de prisión si el ocupa expulsado decidiese poner una denuncia.

En definitiva, estamos en lo de siempre. Todo empeora a nuestro alrededor y no sé visualiza reacción alguna que se eche a la calle de una vez para protestar frente a tanta canallada. Quizá habrá que esperar a que como sociedad toquemos fondo de una vez.

José Luis Morales

11 - Septiembre - 2022