28 de julio de 2024
Juegos olímpicos woke
Estamos ya acabando julio y parece que fue justo ayer cuando lo iniciamos. Pasan de manera inexorable los dias y a diferencia de otras épocas donde parecía que hasta las noticias verdaderamente importantes se tomaban unos días de vacaciones, la actualidad viene muy cargada, a pesar del apagón informativo que tanto gusta de usar la mafia mediática del sistema con los temas verdaderamente importantes.
La semana pasada nos ocupábamos de la españolidad de Gibraltar y andábamos preocupados por todos esos apaños que PSOE y PP gustan de hacer, esta vez a cuenta del reparto de menas. Por cierto, un reparto que se queda obsoleto desde el principio, ya que todo tipo de embarcaciones siguen llegando a nuestras costas a diario, con la consiguiente nueva carga de personas, y logrando que la legislación buenista complete el trabajo de las mafias del trafico de seres humanos en el Mediterráneo.
No hay, desde luego, tiempo para el aburrimiento. Nuestra sociedad y desgraciadamente nuestra nación y el mundo occidental van poco a poco hundiéndose más en el fango, ante la mirada atónita de unos pocos y la nula disponibilidad y total apatía de una inmensa mayoría, que traga con todo lo que la caja tonta quiera contarle.
Son tantas las trincheras en las que hemos de batirnos, son tantos los ignorantes presos de un fanatismo irracional inculcado desde los resortes del poder, que se hace tarea casi imposible abarcar todos los temas, que aunque tengan una estrecha relación e incluso un mismo origen, presentan tal cantidad de tentáculos que impiden dar la respuesta inmediata que merece.
Decía Chesterton que a cada época la salvaba un puñado de hombres que tuvieran el coraje de ser inactuales. Por lo que se vislumbra, van a tener que ser muchos los puñados que vamos a necesitar, porque al margen de los políticos, está claro que lo que quede de civilización o será rescatado por una sociedad civil diametralmente opuesta a la que impera hoy en día, o no lo será.
Ahora bien, si dejamos a un lado lo meramente político, en el plano cultural la cosa no pinta mejor. En este aspecto queda todo por hacer. Si vieron la inauguración de las olimpiadas el viernes sabrán de lo que hablo. Hoy en día, cualquier espectáculo de masas, sea musical como Eurovisión o deportivo como la inauguración de unos Juegos Olímpicos, acaba convertido en un inmensa escenificación del discurso cultural único, donde lo woke lo impregna todo.
En consecuencia, la ceremonia de inauguración de los juegos a pesar de la grandiosidad de la capital francesa, pareció en algunos momentos un calco del desfile del día del "Orgullo" aunque en versión náutica. No faltaron, por supuesto, los guiños al feminismo, al asunto de los refugiados, al fenómeno "trans" o a la multiculturalidad.
Intolerable y especialmente repugnante esa especie de representación de "La ultima cena" adornada con todo tipo de Drag Queens y personajillos grotescos y cutres que parecían salidos de un psiquiátrico. Una burla escandalosa y completamente gratuita hacia el catolicismo, que nada pintaba en la inauguración de un acontecimiento deportivo. ¿Usarían a dichos personajes en algún tipo de parodia sobre el Islam? La respuesta es obvia, pues ya sabemos que el mundo "progre", ese que tanto presume de feminismo y de múltiples géneros arcoiris, rinde verdadera pleitesía a la "religión de la paz".
El colofón a todo este esperpento "progre", lo puso la interpretación del "Imagine" de John Lennon, cuya letra aboga por imaginar la desaparición de los países, metido con calzador justo después de un interminable desfile náutico donde nos presentaron a todos los participantes de los Juegos, representando lógicamente a su propio país con su bandera. Patético.
Por lo demás, supongo que todos vds se habrán enterado de que hace calor, como así nos recuerdan en todo momento los medios, tratando de convencernos de que estamos en vísperas de la llegada de una especie de apocalipsis climático tras el cual pereceremos todos, salvo que asumamos el enésimo sablazo por vía impositiva. Todo, por supuesto, por culpa del hombre heterosexual blanco y su manía de mantener explotaciones agrícolas y ganaderas tradicionales. Llegaron a decir, lo recordaréis todos, que habíamos vivido el mes de junio más caluroso de la historia, tratándonos nuevamente de idiotas, ya que simplemente saliendo a la calle, al menos en España, cualquiera pudo comprobar que dicha información era más falsa que el mayor de los bulos que podamos imaginar.
Terminamos con una no recomendación "gastronómica" y es que para todos aquellos capaces de asumir este discurso catastrofista a pies juntillas, decirles que nuestro "querido benefactor" Bill Gates, con el fin de "salvar el planeta" está invirtiendo su capital en empresas cuya actividad principal es la fabricación de mantequilla artificial. En realidad, un paso más del globalismo de cara a cargarse el sector primario tradicional. Obviaré, por educación, mentar el lugar por donde Gates se debería introducir su novedad alimenticia. Tratándose además de mantequilla, ni lo iba a notar.
José Luis Morales