Los compañeros de colegio de uno de mis hijos llaman a octubre “el mes de Halloween”. El 12 de octubre celebramos el día de Nuestra Señora del Pilar, la Fiesta Nacional de España y el día de la Hispanidad, sin contar con que es la patrona de la Guardia Civil y algunas otras cuestiones de no tan grande importancia. Y sin embargo, desde la última semana de septiembre pueden verse en algunos comercios del centro de Zaragoza ropa y artículos relacionados con Halloween.
La obra Santa Teresa de Jesús de Lope de Vega es un ejemplo culminante de la Comedia de Santo del Siglo de Oro, un género teatral que buscaba glorificar a las figuras de la Contrarreforma. El drama se articula en tres jornadas que trazan el viaje de Teresa de Ahumada, desde su vida mundana y las tensiones del honor social hasta su éxtasis místico, su rol como fundadora y su apoteosis final. Lope utiliza la estructura clásica de la comedia, solo para subvertirla y elevar el conflicto a la esfera teológica, reflejando así la dualidad espiritual y carnal que caracterizó el Barroco español.
Jornada primera. El Destino Monástico de Santa Teresa.
Esta jornada establece el marco de la vida mundana de Teresa de Ahumada en Ávila, destacando su belleza y el dilema de honor y matrimonio que la rodea antes de su vocación religiosa. La acción se inicia con la conversación entre los nobles Don Diego y Don Ramiro, quienes se preparan para las fiestas de la corte en Ávila, enfocándose en exhibir costosas galas y finos caballos. Don Ramiro, sumido en la melancolía amorosa, le confiesa a su criado, Floro, que desea que su caballo, adornado con un jaez amarillo, refleje su estado interior: "El alma desesperada, quiero que diga el tordillo mi pretensión malograda".