En estas pasadas semanas, han sido varios los editoriales que hemos dedicado al problema de las oleadas de inmigración extraeuropea, las causas de su llegada y sobre todo, a sus consecuencias inmediatas, cada vez más nefastas para los autóctonos, aunque la mafia mediática se empeñe en negarlo.
El que no abordemos el tema en el editorial de hoy, no significa en absoluto que el problema haya pasado a un segundo plano. Lo cierto es que, por desgracia, son tantos los problemas que nos aquejan que tendríamos que estar publicando artículos cada hora y no llegaríamos a abordarlos todos.
España arde un verano más. Como suele ser costumbre, cada vez que sucede una desgracia, bien sea por el fuego, el agua o cualquier otro fenómeno, hay dos aspectos vinculados a nuestro régimen, que siempre asoman la pezuña contribuyendo a enmarañar y a dificultar el problema: el primero, la desorganización y la carencia de medios de estos reinos de taifas autonómicos; el segundo, aunque no por ello menos importante, el enfrentamiento entre los partidos políticos, principalmente los pilares del régimen, PP y PSOE, siempre a la gresca, eludiendo responsabilidades, culpando de todo al contrario y demostrando que los intereses de la nación y de los españoles, les importan un rábano.
Agustín Moreto y Cavana (1618-1669) fue uno de los dramaturgos más destacados del Siglo de Oro español, aunque su figura ha quedado a menudo eclipsada por gigantes como Lope de Vega o Calderón de la Barca. Nacido en Madrid en el seno de una familia acomodada, estudió en Alcalá de Henares y se ordenó sacerdote, aunque dedicó su vida principalmente al teatro. Discípulo de Calderón, Moreto perfeccionó el arte de la comedia de enredo, dotándola de una profundidad psicológica y una ironía social que la distinguen de otras obras del período. Su producción incluye joyas como "El lindo don Diego" o "El desdén con el desdén", pero "De fuera vendrá quien nos echará de casa" destaca como un ejemplo perfecto de su maestría para combinar humor, crítica social y aguda observación de las costumbres de su tiempo.
La obra nos transporta al Madrid del siglo XVII, una ciudad bulliciosa donde las apariencias y el honor regían la vida cotidiana. El argumento sigue las peripecias de Lisardo, un capitán arruinado por el juego, y su fiel pero fanfarrón alférez, quienes deciden engañar a Doña Cecilia, una viuda adinerada y estricta, para conseguir refugio y dinero. La trama se complica cuando Lisardo finge estar enamorado de la propia viuda para ocultar su verdadero interés por su sobrina, Doña Francisca, una joven inteligente y reprimida que anhela escapar del control de su tía.
Mercedes Formica-Corsi Hezode nació en Cádiz, el 9 de agosto de 1913. Fue una jurista, novelista y ensayista española especialmente conocida por su defensa de los derechos de la mujer en España.
Sin histrionismos, sin perder su feminidad y sin pertenecer a asociaciones subvencionadas, supo trabajar por la igualdad jurídica entre los sexos en la década de 1950.
El 9 de agosto de 1484 nació Luisa (o Lucía) de Medrano Bravo de Laguna Cienfuegos en Atienza, Guadalajara.
Con formación en Humanidades, Derecho Canónico y Retórica, entre otras ciencias, y sabiendo leer y escribir en latín, todo ello gracias al empeño de Isabel la Católica de elevar el nivel educativo de su pueblo y de su corte, de la que Luisa formaba parte.
Luisa dará cátedra en la Universidad de Salamanca, siendo la primera mujer en la historia en hacerlo.